martes, 2 de septiembre de 2008

La mirada del otro


El tema de la adicción al amor está de moda. Como muestra, un botón: la revista Marie Claire publica un breve artículo titulado "Adictas al amor" en su número de septiembre en el que, citando a la antropóloga Helen Fisher, explica que el cerebro de los enamorados tiene altas concentraciones de dopamina y noradrenalina, es decir, una borrachera hormonal que genera una serie de opiáceos naturales culpables de la pasión, el aumento de la sudoración y el éxtasis amoroso. Según los estudios llevados a cabo en una universidad americana, lo habitual es que este estado de enajenación transitorio no dure más de 18 meses, pero hay personas que acaban siendo adictas al "subidón" de energía pasional y para ellas el amor se convierte en una adicción. En mi opinión, esto tiene más de obsesión y/o comportamiento compulsivo que de otra cosa; al menos parece que de amor verdadero tiene muy poco ya que más bien se basa en la necesidad de verse reflejado en los ojos de otro, huyendo así de la propia realidad e inventándose otra bien distinta ya que, cito textualmente: "No hay nada que enganche más que sentir la mirada de alguien que está locamente enamorado de ti". Pero entonces, qué es lo que nos engancha, el amor o la admiración ajena?
El artículo concluye con una serie de consejillos a modo de decálogo o plan de desintoxicación que incluyen, entre otros: rodearse de amigos, no mantener ningún tipo de contacto con el camello en cuestión y sobre todo, trabajar la autoestima; en fin, que nadie es la media naranja de otro, sino que como dice Intensa, incluso puedes ser una sandía entera tú solo.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola! Creo que todo nuetro organismo produce sustancias adictivas. En realidad, todo lo que produce placer -y la interpretación de algo como placer es subjetiva- puede ser adictivo. Es algo muy claro. Luego, el ser humano es muy complejo..., y todo se complica. Pero existe adicción a casi todo. ¿Adicción al amor?..., y a todas las cosas que quieras inventar (adicción al maltrato, adicción al ejercicio físico, adicción a la escritura, a la música, a la comida... Incluso la anorexia tiene componentes adictivos, porque el organismo genera sustancias, drogas, para adaptarse a la situación). Somos auténticos laboratorios de drogas... Luego, podemos utilizarlas mejor o peor.
Saludos.

betty boop dijo...

Hola Alejandro, gracias por pasarte y comentar! estamos muy contentas con este blog casi recién nacido. Es interesante tu teoría sobre el ser humano como laboratorio de drogas, y por supuesto, depende del uso que se les dé. Un saludo.

Melora dijo...

Hola Betty and company, llevo a vosotras desde mi blog donde habéis comentado. Veo que es muy jovencito así que os deseo ánimo para seguir ilustrándonos con vuestros comentarios. Además me habéis ganado ya de entrada con la foto que acompañaba el comentario : el beso de Klimt, es mi cuadro favorito, acompaña la cabecera de mi cama, y hasta lo llevo en el bolso en forma de abanico al salir en una colección. Yo soy una enamorada del amor, soy incapaz de vivir sin las hormiguitas en el estómago y vivo preguntandome cuanto durarán los mimos entre mi marido y yo. En fin, que os sigo y os pongo en mi lista de blogs ¿vale? Besos

betty boop dijo...

Hola, me alegro de que te haya gustado nuestro blog! sí, es jovencito pero estamos muy contentas con él. A mi me encantó y me conmovió la sinceridad que mostrabas en el tuyo. Yo tb tengo en la cabecera de mi cama "El beso" de Klimt, fue por eso por lo que lo elegi para mi avatar. Es curioso cómo a veces pasamos más tiempo del que deberíamos preguntándonos cuánto durará el amor... como si tuvierámos miedo de que se acabara, o pensáramos que no nos merecemos ser felices durante mucho tiempo, ummmm, interesante comentario. Tengo que poner un post sobre esto de preguntarnos cuánto durará. Besos y gracias por pasarte

Aline dijo...

Me ha encantado lo de la media naranja y la sandia entera...

Anónimo dijo...

Me vino a la mente, por lo de la media naranja y la sandía... Que igual hay medios cítricos, y entós la cosa ye más complicá:

"(...)Pero en lo fundamental, para mí, la disco y la hipnosis van unidas. Además, entre tantas chicas lindas, uno siempre tenía la esperanza de encontrar a esa media naranja que completase el corazón, aunque luego resultase medio pomelo.

-lo que sigue, de la sintonía del corazón al cuerpo, o viceversa, no sé, igual es una idea para otro post, ¿no?-

Hay quien va de la sintonía del cuerpo a la del corazón, y hay quien va a la inversa, y uno no sabe muy bien si es como el loco de la autopista del chiste, ya saben, que va en dirección contraria y oye por la radio una advertencia de peligro porque hay un loco que va al revés, y se dice, al oírlo, "¡ah, si sólo fuera uno!"(...)"

Intensa Forever dijo...

Mmmm... interesante pregunta la de qué engancha más lo que sentimos por el otro o lo que el otro siente por nosotros? Yo digo que en una relacion sana y libre de neurosis y ansiolíticos, la cosa queda en tablas. Si estás un poco baja de autoestima y demás transtornos varios, se abre el abanico de posibilidades, eso ya dependiendo de lo que cada uno necesite para su propio descanso interior.

Anónimo dijo...

Repasando vuestros posts, me encuentro con este que me parece un auténtico temazo. Más que adicción al amor, yo lo veo adicción a la novedad y es que aquello de que todo sea excitante y sorprendente tiene su punto adictivo y quizás por eso, tóxico... ¿Cómo asumir que nunca más será la primera vez que ves a tu pareja, la primera vez que la tocas...? Y que tú tampoco serás nuevo, claro, nunca más... Enfín, a mí me cuesta mucho definir lo que llaman amor, la verdad, porque es un sentimiento muy mutante. Y si piensas demasiado en ello, probablemente deja de serlo... Enfín! Seguiremos debatiendo! Besos!

Intensa Forever dijo...

Perla, eso de la adicción a la novedad es un enfoque muuuy interesante. No lo había pensado pero estoy contigo en todo. Por otra parte también te doy la razón en eso de pensar demasiado. Yo digo que el amor no se piensa sino que se siente y cuando se siente de verdad hay poco que pensar. Todo es tan fácil!

Anónimo dijo...

Lo de adicción a la novedad, que dice Perla, está muy bien... La verdad es que la Sociedad de Consumo, "pletórica", se basa en alimentar ese insaciable deseo de novedad. Quizá lo llamamos adicción cuando esa búsqueda de novedad se focaliza y absorbe la totalidad de la persona.
¿Pensar en si estamos enamorados puede terminar con el amor?... Me viene a la mente la frase de Umbral que decía algo así: siempre me ha asombrado como la sencillez de la vida se ríe de la complejidad de la mente

Intensa Forever dijo...

Quien piensa mucho vive poco. Y no hablo de vivir equis años sino de vivir tu propia vida. Cuando uno está inmerso en sus pensamientos es como si tuviera una escafandra puesta que te impide ver y sentir el mundo. Antes pensaba que el hecho de pensar tanto me hacía ser más inteligente. Ahora no lo creo así. Si te pasas el día analizando las cosas te pierdes tu propia vida.

Anónimo dijo...

Esto último que dices tiene tela. Ya sabes que nuestra mente funciona de dos formas complementarias: una es más lógica, analítica, racional; la otra es más sintética, creativa, evocadora. Yo soy consciente de cuando tengo la mente más de un lado que de otro. El pensamiento engloba las dos partes. A veces tendemos a unir lo racional a lo inteligente, pero hay pensamientos racionales que son estúpidos -por ejemplo pensamientos obsesivos, circulares- aunque sean,a veces, analíticos. Por otra parte, apreciar una buena película, por ejemplo, implica ambos componentes del pensamiento. A menudo disfruto de una película cuando la veo solo: mi mente no se distrae con esos pensamientos racionales de un/a acompañante que no está sintiendo nada y se dispersa con tonterías... Recoger todo lo que te llega a través de los sentidos, integrarlo, y dejar que la mente funcione de forma total... En estos casos, veo la película, y al final necesito dejarme llevar, sin "pensar". Es, algo así, como lo que sigue a hacer el amor. De hecho, me vino este símil cuando hace dos, tres meses me estropearon una película con esos pensamientos "analíticos".
Con "la vida" puede pasar algo parecido. A veces, pensamientos obsesivos no dejan que disfrutemos... Para preparar el espíritu, existe el ritual..., algo que cada vez se respeta menos, porque es "una pérdida de tiempo"... Termina la película, y antes de que finalice la sintonía, etcétera, todo el mundo se levanta..., síntoma inequívoco de que no han sentido prácticamente nada. En fin, es que me vienen muchas sensaciones que me duelen en relación a esto. Me ocurrió con la película Las tragedias de Nina.
Luego, hay otro punto de partida que muestra lo complementarios que son. Podría aplicarlo a la música, en mi caso, pero en suma, se basa en que analizo, pienso, tras un sentir... Es el sentimiento el que me lleva a re-pensar... Así se va creando un bucle enriquecedor... Esto vale para cualquier fenómeno sensible. La mente tiene capacidad de crecer, si uno le da la oportunidad, y no se deja marear por la constante adicción a la (aparente) novedad...

Intensa Forever dijo...

Bueno... esta cuestión del pensamiento nos daría para otro blog. Hay que pensar mucho acerca del pensamiento para entender la teoría de que el pensamiento distrae de la realidad, del sentimiento. Yo lo tengo clarísimo. No hay mayor esclavitud (no hay otra esclavitud) que la de nuestra propia mente.
El ejemplo de la película me ha hecho mucha gracia. A mi me ha pasado que he visto la misma película dos veces. La primera la he visto sola y he disfrutado, me he metido dentro de la película, la he sentido. Otra vez he visto la misma película acompañada. He sentido que a mi acompañante no le gustaba la película y he empatizado con su punto de vista siendo incapaz de disfrutar de esa película. Uf... este tema es demasiado complejo. Cómo explicarlo...