martes, 14 de octubre de 2008

Celos y desconfianza



Decía George Herbert que el adulterio se explica porque el alma necesita pocas cosas y el cuerpo muchas. No sé qué pensaréis vosotros pero yo considero que ambos aspectos suelen ir íntimamente unidos y, la mayor parte de las veces, si tu cuerpo necesita más cosas de las que debería quizás es el momento de pasar la ITV al alma, que la pobre también la necesita…
Hay personas que viven obsesionadas por el temor constante a perder a sus parejas, son lo que se conoce como “dependientes emocionales”. Lo malo, como apunta Lucía Etxebarría en Ya no sufro por amor, es que en la sociedad actual la dependencia emocional se idealiza llegando a parecer una virtud cuando en realidad es un defecto; así, estos yonkis del amor, en su búsqueda del amor perfecto y la autoflagelación constante, se entregan a menudo a prácticas agotadoras y tormentosas que perjudican finalmente a su salud e integridad física.
Una de ellas, quizás de las más leves son los celos y la desconfianza que conllevan. Imaginad que Filomena está enamoradísima de su Pocholo, tanto tanto que lo quiere sólo para ella y por tanto se encuentra incómoda y se siente amenazada en cualquier situación en la que ella no sea la protagonista. Ojo, fijaos que hablo de situaciones sociales en general, no de que haya julais por ahí rondando a Pocholo; se puede tener celos incluso de la propia familia, y sentirse dolida porque la mamá de tu amorsote hace la paella mejor que tú y alegar a partir de entonces una alergia de caballo al arroz.
Imaginad ahora que Filomena ha tenido digamos… ciertas situaciones complicadas en su pasado amoroso ya que la pobre ha dado siempre con lo más golfo del planeta (habrá que ver también por qué, pero ese es otro tema…) y claro, ahora nuestra amiga se echa a temblar cada vez que Pocholo sale por ahí sin ella.

La constante búsqueda de pruebas no sólo avoca en una esquizofrenia constante sino que no tiene ningún sentido en una relación de pareja sana.
A menudo, a través de la literatura, las canciones y el imaginario popular, hemos oído que no hay amor sin celos pero no es verdad. (“Si está celoso es porque te quiere”)
Los celos se manifiestan a veces por la baja autoestima del que los sufre, porque no se siente querido, deseado, en una palabra, merecedor del amor que su pareja ha decidido entregarle y busca continuas razones para demostrarse a sí mismo que, efectivamente, está siendo engañado, que su historia de amor no puede tener final feliz porque, según piensa, no se lo merece.
Tener celos es desconfiar del otro, y aún más, desconfiar de ti mismo, de tu propia valía como ser amado y amante; es sentirse un disminuido emocional, y torturarse pensando qué estará haciendo la otra persona a cada momento. Como en muchos de los problemas que se manifiestan en pareja, la solución a veces pasa por la observación y el análisis del comportamiento de uno mismo. Si te sientes ansioso y dudas a cada minuto de tu pareja, si crees que la traición llegará de un momento a otro tienes dos opciones:
1. Ve a que te lo miren (no penséis mal) ,como dice Intensa, no vaya a ser que se te haya caído la autoestima en la ducha o el gimnasio, y necesites la ayuda de un especialista.
2. Plantéate seriamente que coño estás haciendo con una pareja que te la va a pegar en cuanto te des la vuelta, que se lo mire el también y a ver qué conclusión sacáis, a lo mejor os tenéis que poner gafas, je je
Besos a todos

2 comentarios:

Intensa Forever dijo...

Querida Betty, qué temazo este de los celos. Me parece algo tan grande que no sé ni por donde acotarlo. ¿Los celos le vienen a uno de serie? ¿Puedes con la misma tendencia a los celos que a la obesidad?. Demasiados factores en esta Toormix. Paso el testigo a los ilustres lectores...

betty boop dijo...

Querida Intensa, yo creo que no viene de serie sino que es la sociedad y nuestras propias circunstancias las que van haciendo que seamos personas celosas. Yo conozco a gente que no es nada celosa, quizás porque no han vivido un ambiente de celos, de situaciones en las que se han sentido inseguros... no sé, es verdad que es super complejo pero yo creo que al final todos tenemos también algo de celosos aunque digamos que no. El ser humano tiende al egocentrismo, a querer ser el único, el más importante y cuando aparece gente nueva en escena nos sentimos amenazados. Besos, lo dejo ya que me estoy haciendo un lío